Fray Antonio de Villacastín. Retrato literario

La inseguridad que tenemos de estar ante un retrato de Fray Antonio de Villacastín está plenamente compensada por el retrato literario que de él hace Fray José de Sigüenza. Fraile jerónimo. Testigo y cronista de la fundación de El Monasterio de El Escorial, donde ambos convivieron. Dominó varias lenguas. Poeta, matemático, músico, teólogo y bibliotecario. Felipe II lo nombró su consejero. En 1577 abandonó El Escorial para predicar. Volvió a El Escorial en 1587, después de haber compuesto el sermón que inauguraba el imponente monasterio real en 1586.

…nunca ha tenido extremos ni altibajos… En lo esencial, ninguno he visto en mi vida que se le aventaje: pobre como el más pequeño novicio; en la honestidad y castidad estoy por decir que ha tenido demasiado rigor… obediente como un cordero, y todo esto sin melindre ni ostentación… no es muy ceremoniático… No le ha visto hombre hasta hoy, teniendo salud, comer ni beber fuera de las horas de la comunidad… un obrero que comenzó y acabó una obra que ni basta prudencia ni claridad ni marco de entendimiento a darle tan feliz, tan pacífico, tan claro y tan liso remate, sin cuentas ni trabacuentas, ni ojos ni sospechas ni engaños, si no le tuviera Dios de su mano, si no estuviera muy en su amor y en su gracia, si no lo hiciera por solo Dios y por la obediencia, sin respeto o pretensión terrena o favor ni gloria humana.”

FRAY JOSÉ DE SIGÜENZA LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE EL ESCORIAL EDITORIAL TURNER.

Esto no sería Mis adarmes si no hubiera una casualidad, un encuentro azaroso y significativo. En el juego de Páginas encontradas, aparece El secreto de los monjes de Eduardo Longoni atravesado por un fragmento de lazo de la página posterior. Se publico en El País, este pasado sábado, en plena redacción de este post.