Fray Antonio de Villacastín

Echo en falta un libro que se titule Los “callaos” (así me parece más apropiado que callados que, aunque correcto gramaticalmente, no expresa la llaneza que se pretende). Los callaos son seres anónimos pero imprescindibles. Están detrás de renombrados personajes, de grandes inventos, de importantes batallas, que no lo serían sin su abnegado trabajo y su humildad. Corren rumores por El Escorial de que éste no sería lo que es sin el lego Fray Antonio de Villacastín. Quiero conocerlo. ¿Cómo es? ¿Qué cara tiene? Mi primera oportunidad la tengo ante el fresco de Lucas Jordán, en el que vemos a Felipe II con los arquitectos Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. El personaje de la izquierda es Fray Antonio de Villacastín a quien el monarca parece prestar más atención. El encargo de esta pintura lo hizo Carlos II. Cuando Lucas Jordán lo pintó hacía 90 años que Fray Antonio había fallecido. ¿De dónde toma el modelo? Una hipótesis sugiere que, años antes, Luca Cambiaso (Luqueto) se retrató a sí mismo junto a Fray Antonio, en la Bóveda del Coro de El Escorial. Si fue así, con qué medios contó Lucas Jordán para ver en detalle tal pintura, ya que la altura a la que se encuentra requiere una visión de halcón, un andamio o, quizá, más fácil, algún boceto.

Fresco de Lucas Jordán, en el friso de la escalera principal de El Escorial. A la izquierda, Fray Antonio de Villacastín, el que porta las llaves y muestra la traza. En el centro, de negro, el rey Felipe II.