Esta es la última casa que voy a ver antes de entrar en el bosquecillo. No digo adiós a la civilización porque no la voy a abandonar. Un camino, por muy pequeño que sea, es un signo de civilización. Creo que solo se puede disfrutar de la naturaleza desde la civilización. Sin civilización el tiempo se consume en defenderse de la naturaleza. Esta no es ni buena ni mala. Es lo más maravilloso que hay. También, lo más cruel. Y nunca descansa.