Es la mínima expresión pero, aunque poco transitado, es un camino. Fotografiar esta tierra hollada, ¿vaya usted a saber por quién o quiénes y cuándo?, para mí no es un camino trillado. Nunca pasé por aquí y, aunque así fuera, nunca la miraría de la misma manera. No busco nada. Encuentro. Y para ello tengo que estar relajadamente tenso. Si no hay paradoja no hay maravilla. Y yo quiero maravillarme. El precio es alto: me agoto.