Había una vez un caballo de mentira. Se le conocía como el Caballo de Trola. Era de madera, pura y dura, y aunque tenía la pata de palo no era ningún pirata malo. Todo lo contrario. Era bueno y jugaba a las construcciones con los niños, cuando estos eran pequeños, y al ajedrez, cuando estos se hacían mayores. Su habilidad para saltar por encima de otras piezas le dio gran fama aunque no tanta como a su primo el Caballo de Troya, también de madera, pero hueca. Pero esa es otra historia.
El cuento "Zoo" de la editorial MeMo es una creación de Flavia Ruotolo.