El cierzo ha barrido cualquier vestigio. No hay hombres. No hay pájaros. Sí hay claridad. Cuesta subir la cuesta. Cuesta mucho. Las últimas curvas dibujan una ese. Soledad solo acompañada de pinos, farolas y, allí, en la horizontal de horizonte, una vertical. Una antena de comunicación. No estamos solos. Creo que me repito. Pito. Pito.