Iba y venía de un ciprés a una chapa oxidada que, a modo de registro, cubría un boquete en las praderas de El Portillo. Me intrigaba tanto empeño en una cosa tan pequeña.
- ¿Estás dibujando una serpiente?
- No, es un coche.
Tenía razón el peque. Lo que me parecía un reptil era la parte superior de la carrocería de un vehículo que así quedó al final.
- ¿Cuántos años tienes?
- Mañana pasado cumplo cinco años.
- ¡Que seas muy feliz!
No sé si el coche, pero el juguete sí que era sostenible y muy divertido.