Mis frecuentes paseos por el entorno del 6º asalto me han procurado cierta confianza con César Augusto. Al principio no nos caímos muy bien. A él no le hacía ninguna gracia que yo le llamase "Ailanthus Zity" a su amada "Caesaraugusta" y a mi no me gustaba que me señalase con el dedo. El tiempo, que lo cura casi todo, ha conseguido que nos toleremos y ya, con algo más de confianza, Augusto, me ha dicho: "Don Vicente, llámeme Cayo". Yo le he dicho, bien, Cayo, pero tutéame.
Cayo Julio César Augusto, antes Cayo Julio César Octaviano, nació Cayo Octavio Turino. Siempre Cayo.