Blanquita ha triunfado. Acabo de colgarla y ya he recibido un montón de llamadas de amigos que quieren saber más de Blanquita. Yo solo puedo añadir su imagen apacible sobre la hierba. Nuestro encuentro por El Gancho fue muy breve, apenas cinco minutos. Casi no hablamos. Posó como una Marilyn. Tenía escuela. Su comportamiento con las moscas lo decía todo sobre su buena pasta. Lo demás, lo podemos imaginar si hemos convivido con alguien de su especie: saben ponerse en el lugar del otro, no olvidan que son animales, les gustaría ser hombres. Su cielo es el agua.

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