Manolo, aún convaleciente, se ha dado una vuelta por El Tubo y se ha llevado una desagradable sorpresa: le han roto los cristales del escaparate de su librería de lance, también salón limpiabotas y taller donde manufactura artesanalmente sus exclusivos "puching ball". Le he comprado uno de éstos y he vuelto a tomar colacao : ¡boxeo que es un primor!
Incluyo alguna fotografía más en un Álbum, para que lo vean con más detalle.