En el arte informal moderno quizá volvemos a encontrar ese gusto por instalarse entre dos artes, entre la pintura y la escultura, entre la escultura y la arquitectura, para llegar a una unidad de las artes como performance, y atrapar al espectador en esa mIsma performance. Plegar-desplegar, envolver-desarrollar, son las constantes de esta operación, hoy en día como el Barroco. Ese teatro de las artes es la máquina viviente del "Sistema nuevo», tal como Leibniz la describe, máquina infinita en la que todas las piezas son máquinas, "plegadas diferentemente y más o menos desarrolladas».
Este fragmento pertenece al libro de Gilles Deleuze El pliegue. Leibniz y el Barroco. Editado por Paidós.
El pliegue barroco. C.r.y.p.