Al leer esto último busqué la fotografía para observarla de nuevo y, en efecto, ahí estaba esa mano, la mano de Kafka, una especie de garra abatida cuya posición sólo puede interpretarse como un rechazo a tocar de ninguna manera el cuerpo de su prometida.. Bien mirada, esa mano subvierte la foto entera y la convierte en un inequívoco testimonio del horror que subyace a ese retrato de pareja supuestamente enamorada.
Este fragmento del artículo La mano de Kafka, firmado por Ignacio Echevarría, aparece en El Cultural 4-10 de enero de 2019.
La mano de K, en color: http://www.misadarmes.com/mis-cromos/2019/1/7/la-mano-de-k