No sé si los Reyes Magos me habrán traído algo de lo que les pedí. He dormido en un hotel. Mejor dicho, he pernoctado en un hotel con un gran teleobjetivo que me ha permitido, como al Diablo, entrar a otras casas ajenas y mirar con todo respeto aquello que no perturbe la intimidad. He tratado de “hacer bodegones”.
Como una entrada al teatro: dos revistas abandonadas sobre diferentes tapicerías pero con un denominador común. Buen cartel de Javier Jaén, el de las pipas que no son pipas, ¿verdad, Isidro?