En 1969 no estaba bien visto (entre la progresía y entre el rockerío) ser sentimental. Si te gustaba Carpenters era mejor que no se te notara. No importaba su originalidad, ni su calidad. Cincuenta años después, hoy, no hay que disimular. ¡Ay, oy! Me gusta Carpenters. Repaso su música con deleite. Los veo muy avanzados para su tiempo. Y la voz de Karen, cautivadora.
No es un trabajo fino de ebanistería pero el amor es así de chapucero.