Insondablemente compleja

“Piensa en la superficie de la Tierra. Su forma real es de una complejidad inabarcable y está en continua mutación. De ella forma parte cada ola del mar y cada cumbre de los Andes, cada pelo de mi cabeza, cada carro que pasa, cada ave que vuela, cada viento que sopla. La superficie terrestre real es de tal nivel de complejidad, que no puede ser representada en nuestras cabezas ni en nuestras ecuaciones. Por eso construimos un modelo matemático simplificado, una esfera euclídea o un elipsoide de revolución, que nos permite calcular distancias y dar respuestas aproximadas a las preguntas que nos hacemos.”

Jesús Mosterín respondió así a pregunta de Patricio Tapia en El Mercurio.

Insondablemente compleja. Collage de Cryp.