Por aquella época, también estaban de moda los fenómenos extraordinarios que, amparados bajo el paraguas de la psicología, simpatizaban con el espiritismo. Estos eran visión a través de cuerpos opacos, transposición sensorial, sugestión mental, telepatía, etc. Ni qué decir tiene que estos fenómenos tenían, como en nuestra época actual, muchos seguidores; sin embargo, Cajal, después de asistir a innumerables sesiones espiritistas y estudiar imparcialmente dichos fenómenos, llegó a la conclusión de que eran una farsa.
Fragmento del libro “Cajal. Un grito por la Ciencia” de José Ramón Alonso y Juan Andrés de Carlos. Editado por Next Door Publishers.
http://www.nextdoorpublishers.com/2018/10/la-concepcion-de-cajal-un-grito-por-la-ciencia/