(¡Tanto número! Esto parece un blog de matemáticas.)
Uno de mis cursos en la universidad está formado por quince chicos y quince chicas. Si alguien me pregunta cuántos alumnos tengo contesto que treinta. Y si alguien me pregunta cuántas alumnas tengo contesto que tengo quince. Si este hecho incuestionable se comprende, y se acepta y se asume como algo natural, se está comprendiendo qué se quiere decir cuando se afirma que el masculino es en nuestra lengua -como en muchas otras- el género “no marcado”.
Así comienza el libro El género y la lengua, del académico Pedro Álvarez de Miranda, que acaba de editar Turner Publicaciones.
Fotografía parcial de la recensión que sobre el citado libro publica El Cultural. La casualidad ha querido que la ilustración de la página par precedente fuera consecuente con el tema aquí tratado, mejor, con perdón, que la fotografía de Don Pedro.