No esperaba, al minuto de salir de ver la exposición Dando vueltas, de Alicia Vela, encontrarme con unos hermosos vilanos, que anunciaban una herboristería. Mucho menos, que me esperaban otros morenos vilanos cien pasos más allá. Y ya que estamos de hallazgos, aquí tenemos un útil cajón abandonado que pasa al patrimonio de mostrencos con el bonito número 115. ¿Se puede pedir más?