Llevo días oyendo un zumbido. En un principio temí que se tratase de tinnitus. Pero sólo me ocurría cuando estaba en casa, así que pensé que la causa era cosa de la electricidad, la corriente alterna con la que alimento este ordenador con el que escribo. Es cierto que a veces sufro de aliteraciones ¿pero tanto, tanto? ¡Ni que fuese tonto! Mi amigo Manolo, el etólogo, me pide que le reproduzca el zumbido. Yo le zumbo un Bzzzz y él me dice que por los Hz, hercios, se trata de abejas. Busco alarmado la fuente del inquietante sonido y... El zumbido proviene del ordenador. Lo destripo y nada. No veo nada. Pero el zumbido persiste. (CONTINUARÁ)
Detalle de lámina didáctica de la exposición: Historia, conocimiento y patrimonio. 475 aniversario del privilegio fundacional de la Universidad de Zaragoza.