A través de las palabras, en este caso una frase del arquitecto Oscar Niemeyer, vemos a las personas habitando una arquitectura transparente. La obra, rotulada sobre vidrio, produce una sensación inquietante. Su fragilidad, nos recuerda nuestra finitud.
Edicto. Marlon de Azambuja. Galería Marilia Razuk. Arco 2016.