En un pequeño tren de cercanías, de viaje a un pueblecito que no tiene estación, viajo junto a una mujer joven. Ella en el asiento con ventanilla yo en el de pasillo. Su menguada estatura no me impide ver el paisaje. Hectáreas y hectáreas de monotonía únicamente interrumpida por los postes de la electricidad. Lleva un vaquero azul claro, y desgastado; una t-shirt roja con un gran cuadrado naranja que contiene otro cuadrado de un rojo diferente. Las converse y la gorra, coloradas. No puedo decir que sea pelirroja. Mientras lee una revista, intento robarle una fotografía. Lo hago disimuladamente, sin encuadrar. ¿A ver lo que sale? El tren se mueve a ritmo constante. Cuatro ruidos acompasados se repiten sin cansancio.