Voy a la presentación de Mansa chatarra. Ha llovido, huele a tierra mojada. Me apetece caminar. Desde San José hasta Ruiseñores sigo el cauce de El Canal, a contracorriente. En el puente de América encuentro un paraguas maltrecho y abandonado en el suelo. Reprimo el impulso de fotografiarlo. A la altura de San Juan de Dios, otro. Otro paraguas en idénticas condiciones. Reprimo, como antes. Sigo. Cerca de San Francisco, tropiezo con el tercer paraguas negro roto.
Me pregunto si estos cuervos heridos se habrán puesto de acuerdo con los conejos para tomar el relevo en mi persecución.
Cálamo está lleno de lectores de Francisco Ferrer Lerín. Muchos amigos comunes. Paco, el anfitrión, se acerca para enseñarme una fotografía que accidentalmente acaba de hacer su cámara: "...la llevaba en la mano y he notado la vibración típica del disparo sin que yo, por lo menos conscientemente, haya pulsado el disparador...".
Paco Goyanes me enseña su fotografía. ¿Arte casual?