Cuando franqueamos el valle del Amyl, la Fortuna nos sonrió. Cerca del vado hallamos a un miembro de la milicia de Karatuz, quien tenía en su coche algunos fusiles y pistolas automáticas, sobre todo máuseres, para armar una expedición a través del Urianhai en busca de algunos oficiales cosacos que habían causado a los bolcheviques grandes quebrantos.
El texto del dictado de hoy pertenece al libro"Bestias, Hombres, Dioses" de Ferdinand Antoine Ossendowski.