Hemos llegado a la estación Principal. Salvador Güemes trae en su maleta un libro muy esperado: Vías muertas. A él me he referido aquí en varios apeaderos. El poético título es el único verso de sus 222 páginas. La mitad, en blanco. La otra, 100 fotografías magníficas en blanco y negro. Asahi Pentax. Paso universal. Tri X. Ampliaciones directas, sin reencuadrar. Rigor editorial. Magistral dirección de arte. Un documento: las huellas de un ferrocarril extinto. La nostalgia de una forma de vivir. Una lección de ontología. Un tesoro.