"David danzaba con toda su fuerza delante de Yavé y vestía un efod de lino. Así subieron David y toda su casa de Israel entre gritos de júbilo y sonar de trompetas. Cuando el arca de Yavé llegó a la ciudad de David. Micol, hijo de Saúl, miró por la ventana; y al ver al Rey David saltando y danzando delante de Yavé, le menospreció en su corazón. Una vez que el arca estuvo introducida y puesta en su lugar, en medio del tabernáculo que David había alzado para ella David ofreció a Yavé holocaustos y sacrificios eucarísticos" (Samuel, 2;14-17)