Si tú existes, improbable lector, sabrás que lo mío no es la literatura. No es falsa modestia. No tengo talento para ello. He tenido que escribir muchos textos comerciales para comer y lo he hecho con gran esfuerzo e interés, pero no tengo el don. Escribo para leerme las cosas que me pasan. Lo necesito porque, si no dejase constancia de ello, no me las creería. Literatura es lo que hace Víctor Juan, a quien me he encontrado esta mañana, temprano, cuando yo buscaba una farmacia de guardia y él unos tomates secos de Caspe. Hemos dado un delicioso paseo por los alrededores del Mercado Central. Hacía tiempo, desde que leí su novela "Marta", que quería fotografiar a Víctor junto a una farmacia. Nunca se lo había dicho. Tampoco ayer cuando coincidimos en la presentación de "Mercado Central" de José Antonio Labordeta. Ni hoy, cuando le he fotografiado en San Pablo, en El Gancho de Ailanthus Zity.