El sol está ahí, siempre. Somos nosotros los que danzamos.
En Ossun es difícil verlo. Pero estar, está.
Hace poco que han sonado ocho campanadas y ahora oigo, cada vez más cerca, un chirrido intermitente, cíclico.
Esto es lo que veo desde mi ventana. Parece la tapia de una finca extensa.