Tras lavarme bien las manos para escribir, vengo de limpiar un rape para la cena, y allí estaba la linterna o la caña y la he puesto en agua con sal marina y la he traído a la oscuridad, por si resultara que aún le quedara algo de luz pero, como a nosotros, su luz se le fue con la vida. "EL RAPE". Mónica Aceituno. ABC, 31 de julio de 2010
No me he reformado un adarme.
Lo primero que vi al llegar a Ossun fue la luz de una luciérnaga*, antes de que se encendiese la farola de nuestra rue. Desde ese instante no he dejado de fotografiar.
*Una oxidación enzimática es la que ilumina el abdomen de las luciérnagas mientras que en el rape son unas bacterias las que le ayudan a ver y a atraer a sus presas.