La leyenda de esta pintada reza : "CAPITALISMO".
Esta representación icónica, primitiva, no es menos impactante que los magistrales trazos de Goya en Los fusilamientos del tres de mayo.
Rabia, arte. Impulso, reflexión.
El asunto es que un individuo es el que recibe el plomo. Es él quien morirá, pero no desaparecerá la leyenda. No importa lo que ésta diga.
Y así estamos, estrenando otoño de 2009, con inútiles consignas, más viejas que la tos.
¿Hay vacuna para esto?