Rosendo Tello

Rosendo añora a Leo. Yo a Pirulo y Caracol.
Rosendo aguarda como gatogata a que regresen Robín y Titín de sus primeras trasnochadas, a veces hasta las cuatro de la madrugada.
No es fácil integrar en uno mismo el gato y la gata que somos. O, la gata y el gato que somos. Es preciso tocar mucho el piano.
Los animales con ánima podemos saltar, como un felino, sobre la tapia del tiempo y reconocernos en un instante como de toda la vida.